Muchas veces los novios, ellos, son los gran olvidados en la preparación de la boda. Se suelen desentender bastante de los preparativos ya sea porque la novia se las apañe perfectamente buscando, ideando y produciendo o porque nos lo llevemos todo a nuestro terreno sin contar a penas con ellos.
Más o menos esto fue lo que nos ocurrió a nosotros. Las dudas, el querer ofrecer algo más y que tus invitados disfruten a más no poder, hicieron que cambiara de ideas cada tres por cuatro hasta que definitivamente encontré un concepto de boda que fuera acorde a nosotros. Bien, pues en todo este proceso, el que es mi marido ahora acabó un poquito hasta la coronilla de mi y de mis inventos.
Yo sé que para él fue duro pero creo que, como ya dije, si pudimos ser capaces de superar esta prueba de fuego, seremos capaces de hacerle frente a todo lo que se interponga en nuestro camino a partir de ahora.
Por esto y por muchas más cosas, me rondaba por la cabeza hacerle un regalo super especial, que sólo le pudiera regalar yo y que fuera tan emotivo que, por que no, no pudiera aguantar las lágrimas de la emoción... ;) La idea era entregarle nuestra historia resumida en imágenes. Sólo faltaba encontrar el soporte perfecto y así es como quedó.
Ahora esta cajita adorna uno de los estantes de nuestra casa.
No tenia ni idea de que tantos momentos, tantos sentimientos se podían concentrar en 20 centímetros cuadrados!
Ah! Claro, me faltaba deciros que el día de antes escondí la cajita y le dije a mi hermano que antes de salir de casa camino a la ceremonia, se la entregase. Y si, lloró.
¿Y vosotras, que le regalaríais?
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